martes, 28 de mayo de 2024

La confesión cristiana de Dios-Trinidad




1. El Dios cristiano -Trinidad- es inútil.
1.1 Mas lo útil no es la única forma de lo efectivo.
1.2 Algo inútil puede ser efectivo –producir efectos, poner algo en movimiento.
1.3 Al ser inútil no tiene aplicación práctica, no es solución de un problema, ni modelo ideal a imitar, o explicación de toda la realidad.
1.4 Es como la suerte: hace que ocurra algo, excede las pretensiones de lo subjetivo y las determinaciones de lo objetivo, sin obedecer a ninguna de ambas. Lo pone todo en juego. Mas la suerte no sirve para "algo", y aún así, ocurre.
2. Esto no se explica, se entrega como confesión de algo que pasa y se constata qué pasa en lo que pasa.
3. Donde este Dios tiene lugar, algo pasa...
4. Su nombre no puede ser su concepto o definición sino lo que para nosotros revela su ser único –lo que sólo nos es accesible y reconocible desde una íntima relación vivida y compartida de mutua revelación.
5. Así, el Dios cristiano halla su primera palabra o nombre como misterio inaudito –un Dios del que no se había oído y del cual aún no se ha oído todo.
5.1 Hay más acerca de Dios de lo que ya pretendemos saber.
5.2 No es tan primordial «saber acerca de Dios» cuanto que «algo pase con y a partir de Dios».
6. Mas ese nombre nos es inaccesible sin otro.
6.1 Pues mientras la razón nos abre a su posibilidad sólo una vida concreta puede hacernos entrar.
6.2 De ahí que nos remite a Jesús, a su vida íntimamente indisociable de ese misterio de amor inaudito.
6.3 Si lo más fundamental es que «algo pase con y a partir de Dios» esto es lo que hallamos en Jesús: una vida con y a partir de este Dios y lo que pasa en, con, alrededor y a partir de ella.
6.4 Con Jesús pasa algo inaudito –no como discurso, sino como práctica, como vida.
6.5 Esta vida inaudita es nuestro acceso a ese misterio amoroso.
6.6 Pasar por Jesús es establecer un vínculo con él, vínculo encarnado en una apuesta de vida que comparte sus gestos y modos que hacían de su vida, sin pretender manipular o garantizar obtener el fruto esperado o deseado, un acontecimiento desbordante.
7. El acceso a este Dios inaudito revela algo más: lo que nosotros y el mundo aún podemos ser junto con Él. Esto es su Espíritu.
7.1 Lo que hemos sido o planeado ser no es todo.
7.2 Dicho de otro modo, lo inaudito de Dios al implicarnos una apuesta de vida, movidos más allá de nuestros ideales, pretensiones, emociones y afectos, de lo consciente y de lo inconsciente, nos abre y expone a la revelación también de nuestra propia vida cuya forma y desenlace final desconocemos.
7.3 La vida por venir (con Dios) revela que nuestra vida es aún inaudita provocando así nuestra entrega como capacidad de perseverar y crear desde esa apuesta de vida.
7.4 Esta vida por venir nos revela algo íntimo de Dios pero no sin nosotros.
7.5 La revelación última de Dios no se da sin nosotros ni sin el mundo.
8. La confesión cristiana de Dios es poner en el mundo algo que lo desborda.
8.1 Una vida que revela como posible el vivir desde lo imposible y en la que Dios también se revela mostrándonos que aún queda Dios por venir.
9. Creer es desbordar el mundo dejándose exceder por un gesto de amor.
10. Abrir salidas, encender chispas, corresponde a lo teológico. Dar soluciones, mantener o encauzar el fuego, a lo tecnológico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario